Capitulo II


Extensión o comunicación

En este marco, en el segundo capítulo el autor hace notar a una característica actual de la educación, la cual consiste en una narración y memorización excesiva en las aulas, así mismo, señala que no se analiza la esencia de ello, por ejemplo, un estudiante repite que cuatro por cuatro (4x4) es igual a dieciséis (16), sin impórtale que significa o qué significado  tiene realmente, por esto Freire asevera que los alumnos fueran unos  recipientes en las cuales se depositan los conocimientos, de tal forma, que el maestro se convierte en el depositario y los conocimientos son los depósitos que este realiza cotidianamente. Esta educación bancaria mantiene y estimula la contradicción, lo que ocasiona y deja que ocurra lo siguiente: el educador sea el que educa y el educando el educado, el quien sabe es el educador y los educandos quienes no saben, el educando es quien pienso y el sujeto principal del proceso, los educandos son los objetos pensados, el educador es él quien habla y los educandos quienes escuchan dócilmente, el educador es quien disciplina y los disciplinados son los educandos, el educador es quien opta y prescribe su opción y los educandos son los que siguen la prescripción, el educador es él quien actúa y los educandos quienes sueñan ser parte de la acción del educador, el educador identifica la autoridad del saber con su autoridad funcional, la que pone antagónicamente a la libertad de los educandos, por tal razón el educador es el centro de todo el proceso  y el educador el mero objeto, lo que se fue recalcando inicialmente.



 Esta concepción bancaria hace que la educación pretenda realizar una transformación en las mentes de los individuos para que estos se adapten mejor a las situaciones reales y de esta manera poder dominarlos o controlarlos con mayor facilidad. Cuantos más pasivos sean,  serán más fáciles de controlar y se adaptaran, por eso se notara en ellos una disminución de su creatividad, se estimula la inocencia con el único fin de que los opresores surjan como sujetos generosos.


Cuando el individuo no lucha por sus ideales, intereses y la emancipación cultural y social, parece como hubiera perdido el amor a la vida.  Sin embargo, la pedagogía que propone Paulo Freire es opuesta a la necrofilia, es decir a la educación que se impone en las escuelas, ya que el sugiere que el individuo adquiera la biofilia a través del cultivo del ser, estando con el mundo y no en el mundo, esto se consigue o se alcanza a través de la liberación, para que esto de resultado se necesita que la educación deje de ser mecanicista.
             En efecto, la educación liberadora debe ser un acto cognitivo, donde el individuo comprenda y analice el contenido, superando las diferencias existentes entre el educador  el educando, lo genere las ideas de superioridad e inferioridad y una relación unidireccional para que la bidireccionalidad  contribuya a la educación integral de ambos, puesto que los dos son importantes y aportan elementos esenciales para la enseñanza.


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